18 de octubre de 2011

SIETE

Andaba el mundo preguntándose dónde estaba Dios ante los terribles acontecimientos que desolaban el planeta cuando,  de repente,  dos enormes moles rebotaron sobre la Tierra provocando enormes cráteres, grandes tsunamis, incalculables destrozos materiales y millones de víctimas inocentes. La fuerza divina con la que habían sido lanzados los hacían imparables pero, tras botar varias veces, fueron perdiendo velocidad y  finalmente se detuvieron: 
- ¡Siete!, tronó su voz indefinida, y emocionado, recogió los dados.  

7 comentarios:

  1. Muy buen micro-relato, y buena reflexión. De niño, cando tronaba,mi madre me decía que eran los angelitos en el Cielo que estaban jugando a los bolos. Me has recordado con tu relato esta anécdota ya olvidada de mi infancia.
    Saludos y un abrazo.

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  2. Me gustó, más de una vez me he preguntado eso: Si Dios juega a los dados con nosotros.

    Besitos

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  3. El micro me gusta mucho pero... creo que pierde un poco con la fotografía que adelanta el excelente final.

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  4. Tienes razón Luísa, es más la quito. Besos.

    Gracias Carlo, Elysa, por leer. Un abrazo.

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  5. ¿No era Einstein el que decía que Dios no jugaba a los dados?
    Muy bueno tu relato... de terror divino, diríamos. Y luego despues del siete, claro, descansó.
    saludos blogueros

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  6. Fíjate, José Antonio, que no había caído en lo del séptimo día, ja, ja, ..gracias por pasar.

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  7. Isabel, juegos aparte, vuelves a dar en el clavo clavado con tu micro, felicidades y un abrazo! ML

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